
¿Qué es el melasma?

El melasma es una afección cutánea caracterizada por la aparición de manchas oscuras en la piel, especialmente en áreas expuestas al sol como el rostro. Estas manchas suelen ser de color marrón o grisáceo y presentan bordes irregulares.
Aunque puede afectar a cualquier persona, es más común en mujeres, particularmente durante el embarazo o en quienes toman anticonceptivos hormonales.
¿Qué tipos de melasma existen?
El melasma se clasifica en tres tipos principales según la profundidad del pigmento en la piel:
- Melasma epidérmico: Afecta la capa más superficial de la piel (epidermis) y se manifiesta con manchas marrones de bordes bien definidos. Este tipo responde mejor a los tratamientos despigmentantes.
- Melasma dérmico: Involucra las capas más profundas de la piel (dermis) y presenta manchas de tono azul grisáceo. Su tratamiento es más complejo debido a la profundidad del pigmento.
- Melasma mixto: Combina características de los dos anteriores, con pigmentación tanto en la epidermis como en la dermis, resultando en manchas de color pardo grisáceo. Su tratamiento requiere un enfoque combinado.
¿Dónde es más frecuente que aparezca el melasma?
El melasma aparece predominantemente en áreas del rostro expuestas al sol, incluyendo:
- Mejillas
- Frente
- Puente de la nariz
- Labio superior
- Mentón
Aunque es menos común, también puede manifestarse en otras partes del cuerpo como los antebrazos y el cuello, especialmente en personas con exposición solar prolongada.
5 causas comunes del melasma
Las causas del melasma no se comprenden completamente, pero se han identificado varios factores que contribuyen a su desarrollo:
- Exposición solar: La radiación ultravioleta estimula la producción de melanina, lo que puede desencadenar o empeorar el melasma.
- Cambios hormonales: El embarazo, el uso de anticonceptivos orales o la terapia hormonal pueden inducir la aparición de melasma debido a fluctuaciones hormonales.
- Predisposición genética: Un historial familiar de melasma aumenta la probabilidad de desarrollarlo.
- Uso de ciertos cosméticos: Algunos productos pueden causar irritación o fotosensibilidad, contribuyendo al desarrollo del melasma.
- Factores raciales y de piel: Personas con tonos de piel más oscuros tienen una mayor predisposición a desarrollar melasma.
¿Cómo tratar el melasma correctamente?
El tratamiento del melasma puede ser desafiante y suele requerir un enfoque multifacético:
- Fotoprotección: El uso diario de protector solar de amplio espectro es fundamental para prevenir la progresión del melasma y mejorar la eficacia de otros tratamientos.
- Tratamientos tópicos: Incluyen agentes despigmentantes como la hidroquinona, ácido azelaico, ácido kójico y retinoides, que ayudan a reducir la pigmentación.
- Procedimientos dermatológicos: Peelings químicos, microdermoabrasión y terapias con láser pueden ser opciones efectivas, aunque deben ser realizados por profesionales para minimizar riesgos.
- Terapias orales: En casos resistentes, se puede considerar el uso de ácido tranexámico por vía oral bajo supervisión médica.
Es esencial consultar a un dermatólogo para determinar el tratamiento más adecuado según el tipo y severidad del melasma, así como para recibir orientación sobre medidas preventivas y de mantenimiento.